A dos meses de la explosión de una pipa de gas LP en el Puente de la Concordia, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, anunció que el Gobierno capitalino entregará una medalla de honor póstuma a Alicia Matías Teodoro, reconocida por resguardar con su propio cuerpo a su nieta de dos años durante el incendio.
El anuncio se realizó durante la primera ceremonia de la Insignia Yaotl, en el Altar a la Patria. Frente a personal de emergencias y de salud, Brugada pidió un minuto de silencio por las 32 personas fallecidas en el siniestro y confirmó que el reconocimiento se entregará cuando la menor, Jazlyn, concluya su proceso de recuperación médica.
“Cuando regrese la nieta de Alicia, Jazlyn, a casa, después de su recuperación, esta ciudad entregará de manera póstuma una medalla de honor a la señora Alicia, en reconocimiento a su valor extraordinario, a su coraje y a su ejemplo”, expresó la mandataria.
Más tarde, Brugada destacó nuevamente el acto de la abuela: “Recordamos, la valentía de Alicia Matías Teodoro, quien con un amor inmenso y una gran valentía, protegió a su nieta, aún a costa de su propia vida.
Su gesto es un símbolo de fuerza y humanidad, un testimonio de valor que permanecerá en nuestra memoria y en esta ciudad”. También señaló que se reunirá con el personal médico que atendió a los lesionados, como parte de los reconocimientos posteriores al incidente.

La tragedia ocurrió el 10 de septiembre, cuando una pipa volcó y explotó al circular por el puente, afectando vehículos y viviendas en la zona limítrofe entre Iztapalapa y Nezahualcóyotl.
Alicia Matías Teodoro sufrió quemaduras graves y falleció dos días después en el Hospital de Traumatología Magdalena de las Salinas, mientras su nieta continúa recuperándose.
La Fiscalía General de Justicia capitalina concluyó que el accidente fue causado por falta de pericia del conductor y exceso de velocidad. Hasta el momento, se han alcanzado 27 acuerdos reparatorios con familiares de las víctimas.
En redes sociales, la imagen de doña Alicia cargando a su nieta mientras era auxiliada por un elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se convirtió en símbolo del dolor causado por la explosión y del gesto de protección que ahora será reconocido oficialmente por la Ciudad de México.



