La inflación en México se moderó ligeramente en junio, aunque el resultado fue apenas superior al esperado por el mercado, mientras el Banco de México (Banxico) continúa evaluando el ritmo de su actual ciclo de recortes a la tasa de interés.
La inflación anual se ubicó en 4.32%, por encima de la mediana estimada de 4.30 % por los economistas encuestados por Bloomberg, pero inferior al 4.42 % registrado en mayo.
Banxico, como se conoce al banco central, tiene como objetivo mantener la inflación en 3 %, con una variación de un punto porcentual.

Por su parte, la inflación subyacente —que excluye precios volátiles como alimentos y combustibles y que es seguida de cerca por el banco central— se aceleró a 4.24 % desde el 4.06 % reportado un mes antes, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La ligera baja en la inflación general da espacio para que Banxico continúe con su ciclo de flexibilización monetaria en los próximos meses, señaló Kimberley Sperrfechter, de Capital Economics.
“Sin embargo, con la inflación aún por encima del objetivo y la inflación subyacente en aumento, creemos que es probable que Banxico desacelere el ritmo de flexibilización a un recorte de 25 puntos básicos, hasta el 7.75 %”, apuntó la analista.
De acuerdo con Gabriel Casillas, director de economía para América Latina de Barclays Plc., los factores que encarecieron los precios en restaurantes y otros establecimientos de comida parecen estar mejorando, lo que contribuiría a que la inflación siga cediendo. Casillas anticipa recortes de 25 puntos base en agosto y septiembre.
“Si bien la inflación subyacente aún mostraba un efecto de transmisión en los alimentos procesados y los servicios básicos debido a los aumentos puntuales de precios en artículos no esenciales en el primer semestre de 2025, estos últimos parecían haberse estabilizado”, dijo. “Los problemas que los causaron, como la gripe aviar, la sequía y la enfermedad del gusano barrenador, se han aliviado”.
El segundo ciclo de flexibilización más prolongado de Banxico desde 2008 —incluido el recorte de medio punto porcentual en junio, que dejó la tasa en 8 %— ocurre en un contexto en el que persisten presiones inflacionarias y una economía que enfrenta incertidumbre tanto interna como externa.
El mes pasado, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez, y los integrantes de la Junta de Gobierno dejaron abierta la posibilidad de reducir el ritmo de recortes futuros, al señalar en su comunicado que “De cara al futuro, la Junta evaluará nuevos ajustes a la tasa de referencia”. En ese mensaje eliminaron la frase previa sobre reducciones de “magnitud similar”, en alusión a los cuatro recortes consecutivos de 50 puntos base.
Jonathan Heath, subgobernador del banco central, fue el único integrante de la Junta que votó en contra de ese recorte, al preferir mantener la tasa clave en 8.5 %.
Banxico también actualizó sus pronósticos de inflación, con una mejora en sus estimaciones para lo que resta del año y el primer trimestre de 2026, aunque reiteró que espera que la inflación converja al objetivo en el tercer trimestre de ese año.
No obstante, en su informe trimestral previo, el banco central ya había recortado sus estimaciones de crecimiento para 2025 y 2026, ante señales de desaceleración en la economía mexicana. La gobernadora Rodríguez afirmó entonces que el país podría enfrentar una etapa de menor crecimiento, “pero no una recesión”.
Algunos analistas también han reducido sus proyecciones de crecimiento, debido al menor gasto público asociado con el objetivo de la presidenta Claudia Sheinbaum de disminuir el déficit fiscal.
Además, las políticas comerciales y arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump han incrementado la incertidumbre, lo que ha afectado la inversión y la demanda. Estados Unidos es el principal socio comercial de México y compra cerca del 80 % de sus exportaciones.