Colectivos de búsqueda de personas desaparecidas y Madres Buscadoras acusaron que el recorrido que las autoridades autorizaron por el Rancho Izaguirre, presunto centro de adiestramiento del crimen organizado, en Teuchitlán, Jalisco, “fue una burla”.
Además, indicaron que esperaban reconocer las prendas de ropa, zapatos y artículos personales de sus familiares, pero sólo encontraron un “tour del lugar”, algo que parecía un museo en lugar de un campo de exterminio.
“Esto fue una burla para todas las madres buscadoras que vinimos. No se vale que jueguen con nosotros. Yo vengo de Lagos de Moreno. No se vale que jueguen con nuestro dolor porque las autoridades quizá necesitan tener una persona desaparecida para que se pongan a trabajar. Pero no les deseo que anden como nosotros en los cerros, Semefo, en las prisiones buscando a nuestro familiar desaparecido”, comentó tras salir del rancho una madre buscadora, quien prefirió mantener el anonimato.
En tanto, Patricia Sotelo, una madre que lleva cuatro años buscando a su hija desaparecida, Fanny Areli, indicó que el rancho fue “pintado, arreglado y barrido” por la Fiscalía.
De acuerdo con Sotelo, en el lugar donde presuntamente se encontraban indicios relacionados con personas desaparecidas, “ya no se ve lo mismo”, porque “todo está tapado”.
Los colectivos afirmaron que, si las autoridades no van a trabajar, “que les den palas, picos o la oportunidad para que nosotros busquemos a nuestros hijos”.