La victoria del ultraderechista José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial de Chile no es un hecho aislado.
Su triunfo, con una diferencia de casi 20 puntos frente a la candidata de izquierda Jeannette Jara, se suma a una serie de procesos electorales que en los últimos años han reconfigurado el mapa político de América Latina, marcados por el avance de liderazgos conservadores, libertarios y de extrema derecha, muchos de ellos articulados entre sí y con afinidades claras hacia el presidente estadounidense Donald Trump.
Durante su discurso de victoria, ante simpatizantes congregados en calles de Santiago, Kast agradeció a Dios y a expresidentes del país, reconoció diferencias con ellos y afirmó que los cambios “comenzarán de inmediato”, aunque pidió paciencia y constancia. La seguridad, insistió, será una de sus prioridades.
Pero no solo Chile ha cambiado, América ha sufrido varias vueltas tras el resurgimiento de la derecha y la ultraderecha. Aquí, en Nación321, tenemos para ti el recuento de este giro:
CHILE COMO NUEVO ESLABÓN DE UNA TENDENCIA A LA DERECHA
Kast, fundador del Partido Republicano, ha sido ubicado por analistas en la ultraderecha, una etiqueta que él mismo rechaza.
Sin embargo, su discurso, sus alianzas y su trayectoria lo vinculan con una red internacional de liderazgos conservadores y ultraconservadores. Tras avanzar a la segunda vuelta, sostuvo conversaciones telefónicas con líderes como la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el presidente argentino Javier Milei, sobre “oportunidades” para fortalecer relaciones bilaterales.
El propio Kast había anticipado ese alineamiento ideológico. Tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, declaró: “Nuestras ideas ya ganaron en EU, en Italia, en Argentina (...) y en Chile también vamos a ganar”.
Después de perder las elecciones de 2021 frente a Gabriel Boric, Kast presidió entre 2022 y 2024 el Political Network for Values, una red ultraconservadora internacional contraria al aborto, al feminismo radical, a la llamada ‘ideología de género’ y a los derechos de la comunidad LGBT+.
También ha participado en foros como la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en Estados Unidos y en eventos de Vox en España, donde ha coincidido con figuras como Santiago Abascal, Viktor Orbán, Nayib Bukele y Milei.
En uno de sus cierres de campaña, adelantó que integrantes de su partido viajarían a El Salvador, Italia, Hungría y República Dominicana para conocer modelos de cárceles, control migratorio y seguridad fronteriza.
LA SEGURIDAD COMO EJE Y EL ESPEJO DE BUKELE
La delincuencia es la principal preocupación de los chilenos. En ese contexto, Nayib Bukele, presidente de El Salvador, se ha convertido en una referencia recurrente, al grado de que, durante un debate, Kast llegó a afirmar que, si Bukele estuviera en la papeleta, “todos los chilenos lo elegirían”.
Sin embargo, hay opiniones encontradas, pues algunos especialistas advierten sobre los riesgos de replicar ese modelo, ya que desde marzo de 2022, Bukele gobierna bajo un Régimen de Excepción, que ha sido prorrogado al menos 34 veces.
Bajo ese esquema, más de 83 mil personas han sido detenidas, muchas sin cargos claros ni acceso a defensa legal. Activistas han documentado detenciones arbitrarias, torturas, muertes bajo custodia y desapariciones forzadas.
“Es un enorme sistema de detenciones arbitrarias construido sobre una base de cambios legales, que permiten al gobierno detener a quien quiera y suspender sus derechos para que no puedan defenderse”, declaró Noah Bullock, director ejecutivo de la organización no gubernamental Cristosal.
MILEI, UN ADMIRADOR DE TRUMP
El ‘libertario’ Javier Milei llegó a la presidencia de Argentina en 2023 con un discurso frontal contra el “izquierdismo”, el Estado y la justicia social.
Admirador de Trump y de la escuela austríaca, impulsa reformas laborales y económicas que han generado fuerte polémica, en medio de una crisis económica persistente y escándalos como el caso $LIBRA.
NOBOA Y UNA CUESTIONADA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD
En noviembre de 2023, Daniel Noboa, heredero de un imperio bananero y nacido en Miami, ganó la presidencia de Ecuador con una agenda centrada en seguridad y militarización.
No obstante, so pretexto de cumplir con sus compromisos, su gobierno se ha visto marcado por estados de excepción, un contexto de violencia récord y señalamientos por posibles violaciones a derechos humanos.
Pese a ello, en mayo de 2025, Noboa logró reelegirse con 56% de los votos.
RODRIGO PAZ Y LA EXCLUSIÓN INDÍGENA
En octubre pasado, Bolivia también giró a la derecha con la victoria de Rodrigo Paz Pereira, quien prometió rescatar a un país “devastado” tras 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).
Aunque lleva sólo un mes en el cargo, su llegada al poder atrajo los reflectores, pues estuvo acompañada de controversias, exclusión indígena y el retiro de la bandera wiphala del Palacio Quemado.
Y EN MÉXICO... ¿LA REFLEXIÓN?
Recientemente, desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció el resultado electoral en Chile, pero llamó a una reflexión profunda desde los movimientos progresistas, que también han tenido su boom en América Latina, expresándose en gobiernos como del que emana la mandataria morenista.
“Creo que es un momento de reflexión para los movimientos progresistas en América Latina de por qué se dan estas circunstancias. Yo creo que esto no se va a dar en México, porque hay mucho apoyo popular al Gobierno, porque estamos cumpliendo”, afirmó en su conferencia matutina.
Sheinbaum sostuvo que la tendencia hacia la ultraderecha no se replicará en México debido al respaldo ciudadano, que cifró en 70 %, y a los resultados de su proyecto político, como “la disminución de la pobreza y de las desigualdades”.
Sobre el triunfo de Kast, agregó: “Evidentemente, nosotros queremos que haya más gobiernos cercanos al pueblo, pero que siempre se decida de manera democrática. En el caso de Chile fue una votación democrática, el pueblo de Chile eligió quién quiere que lo gobierne”.
LAS CLAVES DEL FENÓMENO
El analista Luis Castro Obregón identificó, en su columna periodística Segundo Piso, tres factores centrales para entender el resurgimiento de la ultraderecha.
El primero es la existencia de crisis económicas y sociales profundas. Argentina, con más de una década de inflación descontrolada antes de la llegada de Javier Milei, y El Salvador, marcado por la violencia extrema, son ejemplos claros.
El segundo factor es la falta de alternativas políticas creíbles. La erosión de la derecha tradicional y una izquierda concentrada en políticas identitarias han abierto espacio a discursos extremistas que capitalizan el descontento social.
El tercero es la polarización y la guerra cultural, amplificadas por redes sociales que privilegian la viralidad y aíslan a los usuarios en burbujas ideológicas, facilitando la difusión de narrativas radicales.
UN FENÓMENO QUE TRASCIENDE AMÉRICA LATINA
El avance de la ultraderecha no se limita a la región. En Europa, miles de personas marcharon recientemente en Croacia bajo el lema “Unidos contra el fascismo”, ante el auge de grupos ultraderechistas y el uso de simbología profascista.
En Colombia, el partido Centro Democrático eligió como candidata presidencial a Paloma Valencia, senadora afín a Trump y al expresidente Álvaro Uribe, quien aseguró que enfrentará a lo que calificó como “el lado opuesto de la democracia”.
Trump, ya en su segundo mandato, ha reconocido públicamente su respaldo a líderes y candidatos de derecha en la región, incluidos Milei y Kast, consolidando una red de afinidades ideológicas que cruza fronteras.
