Ni siquiera los aranceles han podido frenar la acelerada marcha de la producción automotriz en México. El INEGI reveló ayer cifras sobresalientes para la producción y exportación de autos correspondientes al mes de junio, mostrando resultados mucho mejores de lo esperado.
La producción creció un sólido 4.9 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, pero lo verdaderamente sorprendente fue el desempeño de las exportaciones, con un salto impresionante del 14 por ciento, pese al ambiente de incertidumbre generado por las tarifas arancelarias.
Sin embargo, no todas las armadoras tuvieron igual desempeño. General Motors destacó particularmente, reafirmándose como la empresa líder en producción y exportación en México, registrando un aumento del 56.4 por ciento en sus ventas al exterior durante junio. En el primer semestre del año, General Motors exportó 401 mil 38 vehículos, superando ligeramente en 1.0 por ciento las cifras del año anterior.
Nissan, la segunda mayor exportadora, consiguió revertir la tendencia negativa de meses previos y logró crecer un notable 27.1 por ciento en sus exportaciones. Por su parte, Ford, la tercera más importante en este ámbito, incrementó sus exportaciones en un sólido 9.2 por ciento.
Varias otras firmas automotrices también incrementaron sus ventas al extranjero el mes pasado. Aunque la información preliminar no detalla los destinos específicos, es muy probable que Estados Unidos siga siendo el principal comprador, manteniendo la sólida relación comercial entre ambos países.
Pero, ¿qué significa realmente este panorama?
Los datos sugieren que las exportaciones automotrices mexicanas son más resistentes y menos sensibles a los aranceles que lo anticipado. Esto podría explicarse por las ventajas arancelarias competitivas que mantiene México en comparación con otras economías.
Aunque todavía no está definido con claridad el arancel que México impondrá a los autos producidos localmente, el anuncio reciente del gobierno de EU, confirmando tarifas del 25 por ciento a importaciones provenientes de Japón y Corea, indica que México tendrá una ventaja competitiva significativa con un arancel promedio cercano al 15 por ciento.
En Estados Unidos, las importaciones automotrices alcanzaron casi 8 millones de vehículos en el año anterior, representando aproximadamente el 50 por ciento del mercado interno estadounidense. Aunque aún está por verse cómo podría cambiar esta proporción en el presente año, lo cierto es que los vehículos fabricados en México siguen gozando de una sólida posición en este mercado clave.
No obstante, la incertidumbre regresó ayer a los mercados bursátiles, luego de que el presidente Trump lanzara una nueva amenaza, señalando la posibilidad de imponer aranceles adicionales del 10 por ciento a aquellos países que apoyen “iniciativas antiestadounidenses de los BRICS”, aunque sin especificar claramente cómo se identificaría tal alineamiento.
Por otro lado, el panorama interno del mercado automotriz mexicano muestra matices distintos y menos claros. Según el INEGI, las ventas domésticas de vehículos cayeron 5.9 por ciento en junio y registraron una ligera disminución de 0.25 por ciento en el acumulado del primer semestre del año.
Sin embargo, esta caída podría no reflejar plenamente la realidad del mercado nacional, ya que diversas marcas chinas no reportan sus ventas a la Asociación Mexicana de Distribuidores de Vehículos (AMDA), o lo hacen parcialmente. Esto sugiere la posibilidad de que, en realidad, las ventas internas podrían haber mostrado un ligero crecimiento en lugar del descenso registrado oficialmente.
Más allá de la incertidumbre doméstica, es innegable el éxito que mantiene la industria automotriz mexicana en términos de producción y exportaciones, consolidándose como un motor económico fundamental para el país, respaldada por una sólida red de proveedores que fortalece su ecosistema industrial.