Ayer, 9 de julio de 2025, el mundo financiero fue testigo de un hito histórico: Nvidia se convirtió en la primera empresa en alcanzar una valoración bursátil de 4 billones de dólares.
Solo para que lo dimensione, la cifra equivale a poco más de dos veces el PIB anual de México.
Este logro no solo la posiciona por encima de gigantes como Apple y Microsoft, sino que también consolida su liderazgo indiscutible en el vertiginoso universo de la inteligencia artificial (IA).
Si no ubica a Nvidia, se trata de una empresa que produce una variedad de productos y servicios relacionados con la inteligencia artificial y que es presidida por su fundador Jansen Wang.
El crecimiento de Nvidia ha sido explosivo en los últimos años, con un repunte especialmente notable en los últimos doce meses. Para ponerlo en perspectiva, una inversión de 100 dólares en acciones de Nvidia hace apenas dos años hoy valdría 381 dólares.
¿Le invirtió?
Si extendemos la mirada al último trienio, el fenómeno es aún más asombroso: la capitalización de Nvidia ha exhibido una tasa de crecimiento compuesto anual superior al 100%, multiplicando su valor de 1 billón en 2023 a la cifra récord actual de 4 billones de dólares.
Este desempeño eclipsa ampliamente a otros líderes tecnológicos, como Apple y Microsoft, que han registrado tasas de crecimiento anuales más modestas, rondando el 10%-15%. Nvidia ha redefinido, sin lugar a dudas, el concepto de crecimiento acelerado en Wall Street.
El valor actual de Nvidia se cimenta en tres pilares fundamentales:
1. Dominio en la infraestructura de IA: Nvidia se ha erigido como el proveedor indispensable en la revolución de la IA. Sus unidades de procesamiento gráfico (GPU) no solo alimentan los centros de datos más avanzados del planeta, sino que son el motor de tecnologías esenciales para gigantes como Amazon, Microsoft, Alphabet (Google) y OpenAI.
2. Resultados espectaculares: Los resultados financieros de Nvidia son contundentes. La compañía reportó ingresos récord de 44 mil 100 millones de dólares tan solo en el primer trimestre de 2025, lo que representa un impresionante incremento anual del 69%. Las proyecciones sugieren que Nvidia podría superar holgadamente los 100 mil millones de dólares en ingresos para el cierre de este año.
3. Confianza inversora inquebrantable: La confianza de los inversionistas ha sido un factor crucial en la escalada histórica de Nvidia. Las principales firmas financieras han elevado continuamente sus objetivos de precio para la acción, reflejando un optimismo generalizado sobre el papel vital de Nvidia en el futuro inmediato de la economía tecnológica global.
A pesar de este panorama optimista, es fundamental reconocer riesgos.
La valoración actual de Nvidia, aunque respaldada por sólidos fundamentos, se encuentra en niveles históricamente elevados. Cotizar a aproximadamente 34 veces sus beneficios estimados la posiciona en una situación de vulnerabilidad ante cualquier decepción en los resultados o frente a cambios regulatorios, especialmente aquellos relacionados con la exportación de chips a China.
Además, el historial bursátil nos recuerda las advertencias sobre aceleraciones extremas. Analistas y expertos evocan inevitablemente burbujas pasadas, como, por ejemplo, la de Cisco en el año 2000, donde ascensos rápidos y sostenidos fueron seguidos por correcciones igualmente drásticas.
Las perspectivas a futuro para Nvidia siguen siendo positivas, pero con una dosis necesaria de cautela. El desafío para la compañía radica en mantener su ritmo actual, al mismo tiempo que diversifica su portafolio. La evolución de la IA generativa, sin embargo, podría asegurar una demanda sostenida de hardware durante años.
Mientras Microsoft parece estar a punto de unirse a este exclusivo club de los 4 billones, confirmando el auge del sector tecnológico vinculado a la inteligencia artificial, Nvidia, como pionera en cruzar esta frontera, se mantendrá como la referencia obligada para inversionistas y analistas del mercado global.
Nvidia no solo ha marcado un hito financiero, sino que ha abierto un nuevo capítulo en la historia tecnológica.
El futuro se vislumbra prometedor, pero la prudencia debe prevalecer ante las inevitables turbulencias que podrían surgir tras una valoración tan audaz. La historia abunda en lecciones sobre la fragilidad de las cumbres alcanzadas, y Nvidia tendrá que demostrar que su modelo es robusto y sostenible a largo plazo.
Y frente a todo esto, en México, ¿qué hacen las autoridades respecto al tema de la inteligencia artificial?
Ya sé. Mejor ni me diga.