Coordenadas

¿Nuevos capítulos en la ‘telenovela’ de Banamex?

Se comenta que grandes inversionistas —se menciona a la familia Baillères y a Mariasun Aramburuzabala— habrían sido invitados a tomar participaciones de Banamex menores a 5 por ciento, no se sabe a qué mútiplo.

El 10 de octubre, tras la decisión de Citi de rechazar la oferta de Grupo México por Banamex, escribí en este espacio: “No es el estilo de Germán Larrea quedarse con los brazos cruzados, tras un revés como este, así que puede ser que este no sea el último capítulo de una historia que en febrero ya cumpliría tres años”. La frase sigue vigente.

No descarte que se abra otro episodio. Hay señales en el entorno financiero que vale la pena considerar.

Antes, un recordatorio útil.


El 1 de diciembre de 2024 se hizo efectiva la escisión de Banamex de Citi: desde entonces opera como entidad separada, aunque el control permaneció al 100 por ciento en manos de Citi.

El 24 de septiembre de 2025 se anunció el acuerdo con Fernando Chico Pardo para adquirir el 25 por ciento de las acciones a 85 por ciento de su valor en libros.

El viernes 3 de octubre, Grupo México informó que ofreció comprar el 100 por ciento de Banamex: pagaría a Citi un 25 por ciento a un valor similar al del trato con Chico Pardo y el 75 por ciento restante a 80 por ciento de su valor contable.

El 9 de octubre, Citi respondió: rechazó la propuesta de Larrea y ratificó el acuerdo con Chico Pardo.

Una semana después, el 14 de octubre, Citi reportó sólidos resultados del tercer trimestre: utilidad neta de 3 mil 800 millones de dólares, 16 por ciento arriba anual.

Pero, en ese informe reconoció una pérdida contable de 726 millones de dólares por la diferencia entre el precio histórico de adquisición de Banamex y la valuación implícita en la venta del 25 por ciento, lo que no hizo felices a los accionistas.

Hasta aquí, lo oficial. Ahora, lo que se discute fuera de reflectores.

En algunos ámbitos se ha puesto ojo sobre el tratamiento fiscal de la operación con Chico Pardo.

Citi no pagaría impuestos por la venta —previos dictámenes— dado que la transacción se realiza por debajo del precio de compra. Esa expectativa ha generado malestar entre algunos legisladores y funcionarios que suponían que habría un ingreso para el fisco. Además, la escisión de Banamex de Citi no sería considerada enajenación de activos si Citi mantiene el control por dos años después de haberse dado, por lo que tampoco habría carga fiscal en ese frente.

Traducción: ciertos círculos en el gobierno no verían con malos ojos una alternativa que sí dejara un beneficio tributario. Esa sola posibilidad mueve incentivos.

En paralelo, se comenta que grandes inversionistas —se menciona a la familia Baillères y a Mariasun Aramburuzabala— habrían sido invitados a tomar participaciones de Banamex menores a 5 por ciento, no se sabe a qué mútiplo.

De confirmarse, podría reflejar la prisa de algunos accionistas de Citi en Estados Unidos por ver retornos más tangibles y rápidos. Llama la atención que se señala que dichas invitaciones provendrían del entorno de Chico Pardo, acaso para ensanchar el grupo y consolidar posiciones. El hecho verificable son las invitaciones; el objetivo de fondo, más difuso.

Con este telón de fondo, hay una pregunta inevitable: ¿podría Grupo México volver a la carga con otra oferta? No lo descarte.

Lo claro es que Citi no dará marcha atrás en la venta del 25 por ciento a Chico Pardo. Pero, aunque el escenario base sigue siendo la colocación bursátil en el futuro, la dinámica podría alterarse si un tercero irrumpe con una propuesta que cambie el balance —por precio, por estructura o por efectos fiscales—.

La moraleja es sencilla: en finanzas, la narrativa se mueve al ritmo de los incentivos. Y hoy hay actores con motivos distintos para acelerar tiempos, para mejorar valuaciones o para maximizar efectos fiscales. En ese punto de intersección, suelen aparecer los cambios en el guion.

¿Habrá más capítulos? Tal vez no mañana ni la próxima semana. Pero sería imprudente pensar que el telón ya se bajó cuando todavía hay intereses en juego, activos valiosos y una plaza bancaria con historia, marca y clientela que cualquier jugador quisiera anclar.

Como en toda telenovela, el final parece anunciarse muchas veces… hasta que por fin llega.

Mientras tanto, conviene seguir leyendo los créditos con atención. A veces, el próximo protagonista ya está en esa lista.

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